<>La actividad trashumante es probablemente tan antigua como los propios pueblos montañeses y ha llegado casi sin modificaciones apreciables hasta los albores de nuestros días. El trasiego anual de pastores y rebaños, desde las frías montañas leonesas hasta las cálidas dehesas de Extremadura y La Mancha, para aprovechar la complementaridad de los pastos, tuvo repercusiones muy importantes, entre otros la creación de la oveja merina, cuya fina lana monopolizó los mercados internacionales durante cinco siglos, el modelado del paisaje agrario y formación de ecosistemas singulares con pastos perfectamente adaptados a dicha oveja y el trazado de una red de caminos pecuarios para el desplazamiento de los rebaños, que en la actualidad constituyen un patrimonio de enorme valor cultural y natualístico. León es la cabeza de tres de estas importantes vías pecuarias.Y sin duda de las huellas que todo ello ha dejado en nuestra cultura: vocabulario,prácticas ganaderas, construcciones, artesanía, gastronomía, folclore y un largo etcétera.
Traemos hoy a nuestras páginas dos fotografías sacadas del libro "La Trashumancia, cultura, cañadas y viajes" de Manuel Rodríguez Pascual y que nos muestran el paso del rebaño de Manuel Martín por Tolibia de Arriba y el ganado saliendo del corral en el puerto de Fornomoro, tambien de Tolibia de Arriba.
En los días anteriores a la llegada de los pastores, la alegría vuelve a las casas de la montaña. Por las cartas, las familias saben el día en que los rebaños salen de Extremadura o embarcan en el tren, calculan las jornadas y el día señalado toda la familia madruga y salen andando en busca de los pastores y sus rebaños :
"Ya se van los pastores
cañada arriba
ya se ponen las babinas
la ropa fina".
Igualmente las mozas salen a recibir a los pastores jóvenes:
"Al venir de Extremadura
cuando me asomo a Las Conjas
siempre me están esperando
del pueblo las buenas mozas".
Era sin duda, el mayor día de fiesta del año.
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