El "Veranillo de San Miguel" es un período, en torno a una semana, que coincide en el tiempo con la llegada del otoño astronómico, y deja algunas jornadas con tiempo más propio del verano que acaba de terminar que de la estación recién estrenada. Es conocido con ese nombre porque la festividad de San Miguel se celebra el 29 de septiembre, más o menos en el momento en que se suele registrar una temperatura cálida, más alta que la de las anteriores semanas, que caracteriza al "Veranillo". También es conocido como el "Veranillo del Membrillo", al ser una fruta cuya recolección se suele llevar a cabo durante estos días.
Las opiniones acerca de la existencia real del "Veranillo de San Miguel" están encontradas; hay quien cree que no tiene ninguna base, porque el otoño es, en sí, una estación muy cambiante y variable, y por lo tanto no es extraño que el tiempo sea más suave que algunas semanas atrás. Pero también hay gente que se agarra a la cultura popular, y a la sabiduría de nuestros antepasados, para esperar su llegada un año sí y otro también.
Es también conocido el "Veranillo de San Martín", en torno a la fiesta del 11 de noviembre, ya más avanzado el otoño y, por ello, quizás más sorprendente y esperado.
Las opiniones acerca de la existencia real del "Veranillo de San Miguel" están encontradas; hay quien cree que no tiene ninguna base, porque el otoño es, en sí, una estación muy cambiante y variable, y por lo tanto no es extraño que el tiempo sea más suave que algunas semanas atrás. Pero también hay gente que se agarra a la cultura popular, y a la sabiduría de nuestros antepasados, para esperar su llegada un año sí y otro también.
Es también conocido el "Veranillo de San Martín", en torno a la fiesta del 11 de noviembre, ya más avanzado el otoño y, por ello, quizás más sorprendente y esperado.
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