DESDE EL OTERO.

Son días convulsos, noticias inquietantes nos llegan por todos los medios: 3.300.000 parados, cierres empresariales, eres y más eres y una crisis global que nos atenaza y que nadie parece poder atajar, al menos con medidas eficaces. Desconcierto general, aunque cómo siempre alguien sale beneficiado con la desgracias ajenas (bancos, banqueros, aficionados al oficio, políticos y demás titiriteros) y como siempre la culpa de los demás, es decir de los de siempre, de tí y de mí, de los nuestros...

Desde esta atalaya del Otero, contemplando la grandeza del paisaje que diviso, en especial la inmensa mole de piedra del Bodón enfrente, los montes ahora cubiertos de nieve, mi mente no alcanza a comprender tanta incompetencia, tanta usura, tanta desvergüenza disfrazada....
Con lo sencillo que es llamar a las cosas por su nombre, decir la verdad de lo que pasa, que tenemos que cada uno en su medida arrimar el hombro y tirar "pa lante", pero con otro talante, con amplituid de miras, sencillas pero ciertas, pegadas al terreno (lo que los viejos llamaban poner los pies en el suelo) y decir bien alto que necesitamos líderes honestos que hablen nuestro idioma, que no nos engañen con promesas , realidades, aunque sean feas...